


Tiene una naturaleza curiosa: es un peñón rocoso que se sumerge en el mar y vuelve a emerger prolongándose en sus tres islas. Este entorno es el hábitat natural de una colonia de lobos marinos.
La imponente franja dunar que recorre la costa conforma el llamado Monumento Natural Dunas de Cabo Polonio.
Las puestas de sol parecen interminables generando sensaciones difíciles de olvidar. Cabo Polonio está lejos de la civilización tal como la conocemos, pero muy cerca de la naturaleza en su máximo esplendor.
Las casitas poseen una arquitectura irregular y se alzan entre las calles de arena y pasto. Es posible alquilarlas por día o por mes, también hay hosterías frente a la playa, donde funcionan restaurantes que ofrecen platos en base a frutos del mar.
La movida nocturna tiene la gracia de ser a la luz de la luna, o de las velas y los faroles dispuestos en los pequeños boliches que aseguran encanto y diversión.